Bodega Casar de Burbia

Año de fundación | 1989 |
País | |
Uvas | |
Regiones |
Un niño de 6 años llamado Nemesio Fernández, se cuela por la estrecha boca del tino de madera de la casa, por donde solo entraba un niño, para ayudar a su abuela a limpiar la barrica mientras ambos cantaban juntos, como solían hacer.
Ese día, Nemesio observó que su voz era potente con el eco que se producía en el interior del tino, se sentía más mayor y eso le gustaba.
Desde ese momento Nemesio comenzó a soñar con tener una bodega y gracias a los valores de esfuerzo y trabajo que le inculcó su abuela, años más tarde conseguiría hacer realidad su sueño.
Después de ser chófer y de tener negocios propios, canteras de pizarra, excavaciones de minas, construcción de carreteras, etc, Nemesio decide dejarlo todo para dedicarse a lo que realmente más le gusta, el campo, primero a la producción de fruta y más tarde al viñedo.
En 1989, con 55 años de edad, pudo empezar a cumplir su sueño. Fue entonces cuando comenzó a comprar viñedos en Valtuille de Arriba, en las zonas más altas del Bierzo, donde no llegaba la niebla.
Pasaba los sábados y domingos buscando las mejores parcelas de viñedo, las mejor orientadas, que estaban ubicadas en zonas altas y eran menos productivas, que en aquellos años eran las que primero se abandonaban.
Fue así como Nemesio llegó a conocer a casi todas las familias que tenían viñedo en la montaña de Valtuille de Arriba y los pueblos aledaños.
A casi todas les compró algunas de sus viñas menos productivas, y a su vez, las que daban uvas de mayor calidad.
Por otra parte, mientras la mayoría de los viticultores replantaban el viñedo viejo por viñedo nuevo de Mencía y sin la variedad palomino con subvenciones europeas, Nemesio tenía otra visión, y quiso mantener la raíz y el viñedo antiguo reinjertando las cepas de palomino con púas antiguas de Mencía, la uva autóctona del Bierzo.
De esta forma, Nemesio se convirtió en una de las primeras personas que creyó y apostó por poner en valor los vinos del Bierzo y por convertir esta fantástica región vinícola en la Borgoña española.
Ese mismo año, 1989, nace la Denominación de Origen Bierzo, aunque aún tendrían que pasar unos 10 años para que algunos viticultores y enólogos de renombre comenzaran a fijarse en el Bierzo y se empezara a reconocer la capacidad de la región para elaborar buenos vinos.
En los últimos años el proyecto familiar se ha consolidado y Casar de Burbia se han posicionado entre los mejores vinos del Bierzo.
Con su gran experiencia y conocimientos de viticultura, Isidro Fernández, continúa impulsando la creación de vinos elegantes, frescos, que reflejen el Bierzo auténtico.
Para ello, Casar de Burbia busca hacer lo que no hace nadie, innovando para ir más allá, defendiendo el gran potencial del Bierzo para hacer vinos de alto nivel.
Su decidida apuesta por el cultivo ecológico del viñedo, por la investigación con variedades de uva autóctona y por la creación de vinos de paraje a partir de viñedos propios, dan consistencia y singularidad a su proyecto y a sus vinos.
Al mismo tiempo, Casar de Burbia se mantiene fiel a la tradición, recuperando técnicas de cultivo y procesos de elaboración para volver a hacer los vinos como se hacían antes.