Johnnie Walker
Año de fundación | 1819 |
País |
En 1819, un joven de apenas 14 años heredó la granja de su padre. Durante aquella época, los niños carecían de una verdadera infancia y se veían obligados a trabajar en campos, minas y fábricas. El joven, llamado John, pronto decidió que no seguiría con el negocio familiar.
Vendió la granja y con el dinero obtenido abrió una tienda de comestibles en Kilmarnock, al oeste de Escocia. A pesar de su corta edad, todos le conocían como Johnnie.
Todas las tiendas de ultramarinos en Kilmarnock ofrecían whiskys de malta locales de calidad inferior. John vio en esto una oportunidad y comenzó a mezclar diferentes tipos de malta de varias procedencias para mejorar la calidad. Conocido por sus excelentes mezclas de té, aplicó los mismos principios a la elaboración de whisky, logrando un sabor refinado y único. Pronto, su mezcla comenzó a ganar popularidad en su tienda.
Johnnie, siempre inquieto y perfeccionista, vio el potencial de convertir su negocio en una industria. Se asoció con otros empresarios del sector y su negocio prosperó rápidamente. Ya casado y padre de dos hijos, Robert y Alexander, estos se incorporaron al negocio familiar, que se convirtió en un referente de la industria escocesa del whisky.
Para 1855, la destilería Cardhu en Huntly estaba produciendo un whisky de alta calidad que Johnnie Walker and Sons empezó a comprar para usar en sus mezclas, asegurándose así de mantener la calidad y evitar que cayera en manos de competidores. Tras la muerte de John en 1857, su hijo mayor Alexander tomó las riendas del negocio. Con la ambición de crecer aún más, llegó a acuerdos con capitanes de la flota de Glasgow para distribuir su whisky globalmente.
En 1860, se introdujo la icónica botella cuadrada de Johnnie Walker.
Diseñada para minimizar las roturas durante las travesías marítimas y maximizar la capacidad de carga. Además, su diseño único y la etiqueta inclinada a 24 grados ofrecían una ventaja competitiva en el reconocimiento de la marca. La botella rápidamente se convirtió en un símbolo reconocido mundialmente.
En los años siguientes, bajo la dirección de Alexander y luego de sus hijos, la marca Johnnie Walker se consolidó como un líder global, introduciendo innovaciones en diseño y marketing que fortalecieron su presencia mundial. La marca continuó evolucionando y adaptándose a las tendencias del mercado, manteniendo un estándar de calidad que había sido establecido desde sus inicios.
Durante las décadas posteriores, la familia Walker y sus sucesores continuaron expandiendo y diversificando la oferta de Johnnie Walker. En 1865, crearon el Old Highland Whisky, que más tarde se conocería como Johnnie Walker Black Label, un blend que combinaba 40 de los mejores whiskies de malta y grano, todos madurados por al menos 12 años en barricas de roble. Este whisky destacaba por representar la personalidad única de las cuatro regiones principales de Escocia.
En 1876, Alexander registró la icónica botella cuadrada y los colores negro y dorado de la etiqueta como elementos distintivos de la marca. Cuatro años más tarde, la compañía abrió una oficina en Londres, que se convirtió en el centro de sus operaciones de exportación a numerosos países, incluyendo Francia, Australia, Sudáfrica, Estados Unidos y la India.